LA CLAVE: Exfoliación
Para que el vello no se entierre en la piel y la depilación resulte un éxito, es necesario realizar una vez por semana una exfoliación corporal que eliminará las capas de piel muerta y evitará que ésta crezca sobre el vello que comienza a salir.
Emplea un exfoliante suave de gránulos, o bien un guante de crin no demasiado abrasivo.
Resultado: Al cabo de 1-2 meses, si se ha sido constante y no se olvidaron las exfoliaciones semanales, el vello crecerá a ritmo normal y los pelos enquistados ya no comprometerán la belleza de la piel.
Recuerda la importancia de limpiar diariamente tu piel con jabones y geles que respeten el pH y aplicar después una loción hidratante específica.
Lo que nunca se debe hacer
Jamás se debe intentar sacar el pelo enquistado con pinzas o apretar con los dedos, dejará pequeñas marcas y cicatrices, además de que los poros pueden infectarse y crear así un problema mayor.
Tratamiento médico
En caso de que la exfoliación no sea suficiente para acabar con el pelo enquistado, derivando en quistes o granos, será necesario recurrir a un profesional que prescriba el tratamiento adecuado.
Fuente: Mujer de Elite
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